La España vacía y olvidada

La España vacía y olvidada
La España vacía y olvidada

Esta es la localidad en la que he habitado (por pura necesidad vital) durante una buena temporada:

Un lugar situado a veinte minutos en coche de la población importante más cercana y a más de treinta de la capital de provincia más próxima. Tampoco es lo peor ¿verdad?

¿Donde se ubica?
En Aragón, en Castilla, en Extremadura, en Galicia, en León... igual da: está en mitad de la España vacía y olvidada.

Un lugar donde el más triste abandono

convive con la naturaleza,

con paisajes

llenos de contraste y color,

y formas.

Donde incluso, en ocasiones, puedes ver las olas del mar y escuchar su murmullo en el aire.

Un lugar donde el esfuerzo por arrancarle algo a la tierra

se convierte en algo sobrehumano.

Donde, a pesar de las cicatrices de la vida,

aún hay esperanza.

Porque, cada día, puedes tener la oportunidad de irte a dormir habiendo disfrutado de las cosas más simples que la vida, en ocasiones, nos regala.

Epílogo:
He emigrado temporalmente a un muy pequeño pueblo por pura necesidad:
La necesidad de alejarme de las ciudades, del gentío, del ruido y de la desazón causada por la estupidez y sinrazón humanas. La necesidad de escuchar solo el silencio, la necesidad de encontrar algo de paz y sosiego y dedicar mi tiempo a vagar por los caminos, los de fuera pero también los de dentro.

Todas las fotografías aquí mostradas son originales tomadas en el otoño de 2021 en un único término municipal de la España olvidada.

Municipio que, según recoge la Wikipedia, tiene censados 125 habitantes (datos del padrón de 2020); de los cuales no creo que lleguen a 50 los que regularmente lo habiten todo el año.

Localidad en la que las tiendas y comercios tienen forma de furgoneta una vez a la semana. Donde, por supuesto, tampoco hay entidad bancaria (ni cajero automático) o farmacia. Y donde un médico pasa consulta una vez a la semana en un diminuto local en la plaza.

Donde el servicio público de Correos me ha sorprendido muy gratamente, funcionado con prontitud y puntualidad suiza a la hora de entregar un par de envíos.

Donde afortunadamente, y gracias a la cabezonería de un alcalde anterior, hay buenos servicios de telecomunicación (para lo que suele ser habitual en el mundo rural), teniendo cobertura de 4G y ADSL.

Y lo más importante: entre los pocos habitantes regulares de este pueblo, hay alguna valiente familia con niños pequeños a los que puedes oir chillar de vez en cuando en el silencio reinante.

Dedicatoria:
Publicación dedicada con todo mi amor a mi santa esposa por su infinita paciencia y cariño.

Agradecimiento:
Mi agradecimiento a todos los hombres y mujeres del campo que, en estos pueblos perdidos, hacen de su día a día un milagro. Gentes que (con o sin pandemia) nos dan de comer con su esfuerzo y trabajo.

PD:
Aunque hay fotos (hechas con un teléfono móvil) de menos calidad no las he querido eliminar de esta publicación.